El Gobierno de Israel, que estudia la construcción de una línea ferroviaria de alta velocidad entre el Mar Rojo y Tel Aviv, en un proyecto que podría superar los 2.000 millones de euros, mantiene conversaciones con Renfe y Adif, en una fase todavía muy preliminar de dicho proyecto, a raíz de la buena experiencia del AVE en España y del contrato entre Medina y La Meca en Arabia Saudí, en el que también participan otras compañías españolas.
España ha sido un tradicional suministrador de infraestructuras en algunos de los principales países de Oriente Medio, pero su presencia en proyectos en Israel ha sido hasta ahora muy limitada. Israel es uno de los países más avanzados tecnológicamente del mundo y la participación de empresas españolas en la construcción de este corredor ferroviario podría permitir establecer lazos interesantes con compañías locales.
Por elevación, en Oriente Medio y África se esperan grandes desarrollos de infraestructuras en los próximos años, y España se encuentra muy bien situada cultural, industrial y tecnológicamente, para poder jugar un papel relevante. Desde este punto de vista, este posible desarrollo merecería la máxima atención por parte del Gobierno y de nuestra diplomacia, en coordinación con las ingenierías, constructoras y suministradoras de bienes de equipo españolas, que podrían encontrar en esta parte del mundo buenas oportunidades de crecimiento con las que seguir paliando el frenazo de la actividad en el mercado doméstico.