CARLOS OTTO
Actualizado: 27/01/2015 07:09 horas
La innovación tecnológica tiene un nombre: Silicon Valley. Esta zona californiana que abarca San Francisco y sus alrededores, la que en su momento acogió los primeros pasos de empresas como Apple, Google o Microsoft, es sin duda alguna el modelo mundial de la industria de la innovación.
Y cuando algo es modélico, los intentos de réplica no tardan en aparecer. Desde hace varios años, países de todo el mundo se fijan muy de cerca en Silicon Valley e intentan imitar el modelo y trasladarlo a sus países. Con mayor o menor éxito, eso sí, pero todos con la misma intención: convertirse en la capital mundial de la innovación tecnológica. O, al menos, atraer el máximo talento posible.
Israel: el alumno aventajado
De todos los aspirantes a este trono, Israel es, de lejos, el que va a la cabeza. De hecho, frases como “Tel Aviv es el Silicon Valley de Silicon Valley” se oyen con cierta frecuencia, haciendo alusión a que el país israelí es aún más innovador que la meca californiana. En un país asolado por los diversos conflictos internacionales en los que anda enrolado, encontramos una realidad paralela que no llama tanto la atención, pero cuyos números hablan por sí solos: en un territorio de apenas 8 millones de habitantes hay cabida para más de 4.000startups. La mayoría de ellas no desarrollan productos meramente para usuarios medios de Internet, como muchas empresas de Silicon Valley, sino lo que podríamos llamar ‘tecnología dura’: biotecnología, ingeniería, bioquímica, farmacología, etc.
Tel Aviv
Muchas de estas startups acaban muriendo, como indica cualquier lógica de fracaso empresarial, pero las que sobreviven suelen conseguir resultados millonarios. Según un estudio de Price Waterhouse Coopers, las ventas de empresas israelíes a lo largo y ancho del mundo granjearon más de 5.500 millones de dólares solo en 2012. Entre las grandes ventas de ese y otros años podemos destacar a Waze (vendida a Google por 1.000 millones de euros),PrimeSense (a Apple por 345 millones), Trusteer (a IBM por 1.000 millones de dólares) u Onavo, por la que Facebook pagó 120 millones de dólares, entre otros ejemplos.
El éxito de Israel (apodado ‘Silicon Wadi’ en los entornos tecnológicos) tiene un pequeño secreto: su apuesta tecnológica no es circunstancial, ni mucho menos. La apuesta israelí surgió hace muchos años, cuando Silicon Valley ni siquiera era conocido mundialmente, en una apuesta del Gobierno del país por fomentar la ciencia y la innovación (y para combatir su aislamiento y su alta conflictividad internacional, también es cierto). No en vano, Israel dedica el 5% de su PIB anual a la investigación y desarrollo, siendo líder mundial en este sentido. De hecho, 140 de cada 10.000 ciudadanos israelíes son ingenieros.
Zhongguancun, la innovación que viene de Oriente
Si nos vamos a China nos encontramos diversas zonas que intentan importar el modelo de Silicon Valley. Quizá la más destacada seaZhongguancun, un distrito al norte de Beijing que en los últimos años está concentrando un creciente número de startupstecnológicas con visión global. En realidad, el emprendimiento tecnológico chino ha constado de dos fases. En su momento se apostó por la mera copia, a tenor, sobre todo, de la prohibición por parte del Gobierno chino de los mayores portales tecnológicos mundiales. En esas circunstancias nacieron empresas como Baidu(el ‘Google chino), Weibo (el ‘Twitter chino’) o Alibaba (el ‘Amazon chino’), que ha crecido de tal manera que ya opera en todo el mundo.
Zhongguancun
Inspirados en ejemplos como el de Alibaba, la nueva generación de emprendedores tecnológicos chinos están progresivamente abandonando el aislamiento y el esquema vertical de las compañías de aquel país: frente a la tradicional soledad y al modelo de copia, las nuevas startups nacidas en China apuestan por modelos globales y por plantar semillas tecnológicas innovadoras que, con el tiempo, puedan dar frutos a nivel mundial. Y es esa la actitud con la que nacieron grandes fabricantes chinas de móviles como Huawei, Xiaomi o ZTE.
Bangalore: el éxito de la ingeniería india
Otro de los mayores focos se sitúa en Bangalore, la capital del estado de Karnataka, al sur de la India. El éxito de Bangalore también ha atravesado dos fases. En primer lugar, la exportación de talento. No hace falta estar muchos días por Silicon Valley para observar que la población de origen india es llamativamente numerosa, debido a la apuesta que el país empezó a hacer hace más de 20 años por la tecnología y, más concretamente, por la programación. Fruto de esa apuesta, el país ha acabado metiendo a gran parte de su talento en las mejores compañías tecnológicas del mundo.
Bangalore
La segunda fase es la que está teniendo lugar ahora mismo: la concentración del talento. Frente a la tradicional emigración de los grandes cerebros indios, el Gobierno está apostando por concentrar su mayor tesoro dentro de las fronteras para dar lugar a startups que, naciendo del ámbito local, puedan conquistar el mundo. Ante esta situación, son varios los gigantes tecnológicos que están montando sus propios centros de desarrollo en el país.
Chile y México: las puertas de Latinoamérica
Para cualquier startup con pretensiones globales, un nicho de población de más de 600 millones de habitantes siempre es un objetivo. Y ese es el caso de Latinoamérica, varios de cuyos países compiten por ser la puerta de entrada al continente. En este sentido el mejor colocado es Chile, que, ya al hilo de lo que venía cociéndose en Silicon Valley, decidió apostar por las startups. Gran parte de culpa la tiene Startup Chile, un programa público que busca crear su propio ecosistema y que cada año consigue atraer a diversas compañías procedentes de todos los países de la región. Además, Chile fue uno de los primeros países en implantar el llamado‘visado de emprendedores’, que ofrece ventajas fiscales a empresarios extranjeros que instalen su empresa en este país.
Chile
También muestra esfuerzos México, cuya capital comienza a ser un buen epicentro de innovación. Tanto en el caso de México como en el de Chile no observamos el nacimiento ni la venta de grandesstartups (a diferencia de Israel, por ejemplo), pero lo cierto es que se han convertido en focos de innovación gracias a ser considerados la puerta de entrada a Latinoamérica para las compañías que quieren actuar a nivel global.
Miami: entre EEUU y Latinoamérica
Otro foco cada vez más importante es Miami. En su caso, no tanto por los esfuerzos públicos ni privados, sino por su situación geográfica y por su propia idiosincrasia. En primer lugar, si Chile o México son la puerta de Latinoamérica, lo cierto es que Miami podría ser considerado el puente perfecto entre Estados Unidos y el continente latino, una especie de mescolanza perfecta entre el mercado americano y el latinoamericano.
Miami
Por otro lado, también juegan a favor de Miami sus evidentes y ventajosas condiciones climatológicas y sociales. Porque Miami no es barato, precisamente, pero hace tiempo que San Francisco, con susproblemas de gentrificación, convirtió a Miami en una opción económicamente mucho más viable y atractiva.
Dublín y Londres: bienvenidos a Europa
Si nos adentramos en el continente europeo, encontramos dos o tres focos: Dublín, Londres y -quizá en menor grado- Berlín. El caso de Dublín es más que evidente y responde a dos sencillas palabras: política fiscal. ¿Qué gran compañía tecnológica no es acusada de cuando en cuando de fijar su residencia en Irlanda para pagar menos impuestos? No es ningún secreto que gigantes como Google o Apple tienen grandes centros operativos en Dublín, que, con el tiempo, se ha convertido también en su puerta de entrada a Europa.