4 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Mariano Rajoy está estudiando el modelo económico de Israel con el objetivo de aprovechar algunas de sus experiencias más exitosas y adaptarlas a la realidad española, consciente de la necesidad de cambiar algunas cuestiones ante la crisis que golpea a la economía de nuestro país, según ha explicado este jueves el embajador israelí en España, Alon Bar.
Según ha indicado, desde la Embajada se está colaborando con el Gobierno para ver si se pueden «adaptar cosas del modelo israelí a España» y ha precisado que existe «interés particular» por algunas de las experiencias que han hecho que la economía israelí siga creciendo en estos momentos de recesión.
En el Ejecutivo, ha añadido, se es consciente de la necesidad de «cambiar algunas cosas» y se considera que el ejemplo israelí es «atractivo». En el marco de estos contactos, y para conocer proyectos futuros en los que pueden invertir empresas españolas, está previsto que la ministra de Fomento, Ana Pastor, viaje el mes que viene a Israel, previsiblemente acompañada por una delegación de empresarios.
En un encuentro con la prensa, el embajador ha desgranado algunos de los puntos fuertes del éxito de la economía israelí, que en 2010 creció un 4,7 por ciento y cuya inflación fue del 2,7 por ciento. El factor clave, según Bar, es la inversión en innovación, tanto en I+D como en TIC, y la voluntad de los israelíes de emprender nuevos proyectos y negocios.
Actualmente, según ha destacado la agregada de Asuntos Económicos y Comerciales de la Embajada israelí, Yifat Alon Perel, Israel es el país del mundo que más invierte en I+D, el 4,7 por ciento del PIB, es el segundo mercado de capital riesgo y el tercer país con más empresas en el Nasdaq. INVERSION EN INNOVACION
La economía israelí se ha volcado en los últimos años principalmente en las nuevas tecnologías, primero en el sector de las telecomunicaciones, y últimamente en todo lo relacionado con la biotecnología y las tecnologías limpias, ha señalado la agregada, resaltando que «en estos años difíciles no ha bajado el gasto en innovación, sino que ha subido». Actualmente, en Israel se invierten unos 2.000 millones, mientras que en España solo unos 200, tanto por parte del sector público como del privado.
Otro punto interesante, a juicio del embajador, es la existencia en Israel de la figura del jefe científico, un cargo de designación política pero que no suele ser político, que actúa con independencia –su mandato de siete años hace que sirva en distintos gobiernos– y que tiene un importante presupuesto que distribuye a su criterio.
Este jefe científico analiza los proyectos y propuestas que plantean las empresas israelíes, esencialmente pymes, y decide a cuáles de ellas se ayuda a financiar con subvenciones, de las que el Estado no obtiene beneficios, solo el dinero invertido, y que son a fondo perdido en caso de que el negocio no prospere.
El principal objetivo, ha explicado, es que en Israel se innove ya que «esto genera empleo y el pago de impuestos», lo que a la larga también revierte en el Estado. No obstante, el embajador ha resaltado que «esto es lo que ha funcionado en Israel» y no significa que vaya a hacerlo en otros países.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria España-Israel, Gil Gidron, ha destacado especialmente el carácter emprendedor de los israelíes, que prefieren trabajar por su cuenta y crear sus propios negocios y proyectos, que trabajar para grandes empresas o multinacionales. Además, cuando logran una patente por ejemplo, usan el dinero obtenido en financiar otro proyecto. OPORTUNIDADES
Por otra parte, la agregada comercial ha repasado algunos de los proyectos en marcha o previstos por el Gobierno israelí que podrían ser de especial interés para las empresas españolas.
Así, ha destacado que el Ministerio de Transportes tiene previsto un plan de infraestructuras de cinco años dotado de más de 21.200 millones de euros que contempla, entre otros, la construcción de una línea de alta velocidad entre Eilat, en el mar Rojo, y Ashdod, en el mar Mediterráneo, la construcción del metro de Tel-Aviv o la privatización de varias líneas de autobús.
Por su parte, el Ministerio de Infraestructuras está estudiando el modelo de explotación del gas natural que se ha encontrado frente a las costas de Israel y se espera que próximamente saque a concurso la construcción de toda la infraestructura relativa a la extracción, el transporte y la exportación de este recurso. Según ha precisado, se espera que empresas españolas participen en estos proyectos.
Además, el sector de la construcción todavía está en auge en Israel, principalmente de infraestructuras, pero el Ministerio de Turismo también contempla, junto con el Ayuntamiento de Jerusalén, la construcción de un nuevo hotel a la entrada de la ciudad, para lo cual se ha convocado un concurso.
Israel también puede ser muy útil a las empresas españolas cooperando con apoyo tecnológico o para abrir mercados, el latinoamericano en el caso de las empresas españolas a las israelíes, y el de Europa del Este por ejemplo, a la inversa.
El mercado israelí, según ha resaltado Yifat Alon Perel, también es atractivo para las empresas españolas para la exportación ya que, aunque es pequeño sus ciudadanos tienen un alto poder adquisitivo. Prueba de ello es que la balanza comercial se ha inclinado en los últimos años hacia España, mientras que anteriormente era Israel quien exportaba más productos a nuestro país. Sin embargo, hay más inversión israelí en España que viceversa.
Pese a todo ello, el embajador ha lamentado que en Europa, y en concreto en España, no se hayan visto hasta ahora las «oportunidades» de negocio que ofrece Israel y lo ha achacado en parte a la «mala imagen», fomentada por los medios de comunicación, que se tiene de su país –principalmente por el conflicto palestino-israelí– y al desconocimiento de la realidad sobre el terreno. «Israel es un país muy seguro para hacer negocios», ha defendido.
En opinión del diplomático israelí, «en Israel hay más confianza en el futuro económico de España que en España» y las empresas israelíes «saben que hay oportunidades de negocio para ellos en España». «La ‘marca España’ no tiene mucho trabajo que hacer para venderse en Israel, ya goza de muy buena imagen», ha resumido.