Plataforma 4iWatch con los análisis de las últimas novedades tecnológicas. | 4i
- 4i rastrea en Israel los últimos avances para las empresas españolas
- Sale más rentable que empezar investigaciones de cero y llegar tarde
- Israel invierte más del 5% en investigación y premia las ‘start up’
- ‘No paramos de mirarnos al ombligo’, critica el fundador de 4i
- La inversión en capital riesgo española cayó un 44% en el primer semestre
Javier González | Madrid
“En España se confunde al emprendedor con la innovación, montar una empresa con competir. En vez de investigar cómo ser más competitivos, no consiste en montar una web con dibujos animados como si fuera innovación”. Así explica Carlos Marqueríe, fundador de 4Innovation (4i), uno de los grandes problemas de la economía española.
Esta firma española ha creado una red de observadores en Israel y Singapur para ofrecer los últimos avances tecnológicos a varias empresas del Ibex con las que trabaja, como Agbar, Mondragón y Repsol. Su volumen de negocio, unos 300 millones de euros y decenas de ‘rastreadores’ que observan las últimas novedades de más de 2.500 empresas.
“La innovación tiene que ser disruptora: o genera más beneficios o reduce costes“, explica Marqueríe, MBA que estudió con célebres economistas como Milton Friedman, Friedrich Hayek, Michael Porter y Pedro Schwartz. “En España no hay sentido de la competitividad, está basado en pedir ayuda a Papá Estado y los experimentos se hacen con gaseosa, no se investiga para tomar ventaja”, añade.
Ante esta situación, 4i ofrece soluciones a las empresas que no se pueden permitir “partir de cero” en investigaciones donde otras firmas les llevan meses o años de ventaja.
Las claves de Israel y Singapur
La inversión de Israel en Investigación y Desarrollo (I+D) supera el 5% el Producto Interior Bruto (PIB) mientras que en España se sitúa por debajo del 1%. Además, tiene 63 empresas privadas y más de 70 públicas que cotizan en el Nasdaq, números que multiplican las seis compañías de Japón, las cinco de Reino Unido y el cero absoluto de España.
Precisamente Singapur “ha estudiado” el modelo israelí. Con una población de cinco millones de personas, allí se concentran más de 7.000 multinacionales y sus principales campos de investigación son la electrónica, la nanotecnología, destacando en ciencias ambientales, agua, biomedicina y medios digitales.
La clave israelí son sus facilidades para invertir en investigación. Más del 50% de las inversiones proceden de capital extranjero en un país que apenas supera los siete millones de habitantes.
“Sus investigaciones destacan especialmente en defensa, medioambiente, energía, telecomunicaciones, redes y ciudades inteligentes”, remarca Marqueríe. “Por ejemplo, una eléctrica española necesita una mejora para sus molinos de viento. Nosotros rastreamos y le ponemos en contacto con la investigadora israelí”, explica.
El tiempo es fundamental al competir con otras empresas. “En España nos lo pensamos mucho, tardamos casi un año cuando pequeños proyectos de entre 500.000 y un millón de euros se pujan en pocos meses”, afirma.
Además, Israel, a pesar de sus altos impuestos, ha creado un marco favorable para facilitar las investigaciones. “Se montan ‘start up’ para salir a Bolsa y captar inversiones, nadie se plantea pedir ayudas”, asegura el fundador de 4i antes de poner un ejemplo que refleja sendas culturas.
“Pedimos un analista de innovación en España. Sólo llegaron currículos de gestores de subvenciones de la Unión Europea. En Israel hay analistas de disrupción y evaluadores financieros”, explica.
“Allí es más importante el empresario que la empresa”, apunta antes de lamentar que aquí, al cerrar un negocio, “todo son dificultades para intentarlo de nuevo”, desde la administración a la participación de fondos de inversión.
En Israel “los inversores desconfían del chaval de 20 años que quiere montar su primer negocio, prefieren apostar por alguien que tiene la experiencia pese a haber fracasado varias veces antes al intentarlo”, afirma.
Mientras, la inversión de capital riesgo cayó un 44% en España en el primer semestre de este año frente al mismo periodo de 2011, hasta los 1.145 millones de euros, según la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (Ascri).
El papel de España en el mundo
Israel se decidió por la investigación al no tener una red industrial sólida por su pequeño tamaño. América tiene las materias primas. Las fábricas occidentales se deslocalizaron a Asia y Europea del este durante las pasadas décadas por su mano de obra barata, aunque ahora la deslocalización china apunta a África. ¿Cuál es el papel de España en una economía globalizada?
“No paramos de mirarnos al ombligo“, critica Marqueríe, quien apunta que el tren de la investigación se perdió por las pocas facilidades dadas a las empresas y por un “lobby universitario” alejado del mundo empresarial, donde la investigación es a tan largo plazo que no suple las necesidades inmediatas de los negocios.
“España debe quedarse en la integración industrial, donde somos buenos”, apunta. Es decir, las empresas deben aprovechar el ‘gancho’ con América e hilar con las posibilidades que dan las fábricas de Asia y la investigación de los países punteros. “Eso o sólo turismo”, advierte.